En los últimos años, el eco-diseño minimalista ha experimentado un crecimiento significativo en el entorno doméstico. Este enfoque combina la simplicidad estética con la responsabilidad ambiental, promoviendo hogares funcionales, serenos y respetuosos con el planeta. La tendencia se refleja en el uso consciente de materiales, la maximización de la utilidad de cada elemento y la preferencia por un estilo de vida más simple y sostenible.